Una mañana, una mujer salió de su casa a comprar el pan como todos los días. Cruzando el paso de cebra que se encontraba enfrente de su casa, un coche que iba a toda velocidad casi la atropella, menos mal que frenó de repente y no pasó nada. La mujer muy asustada y fatigada quiso hablar con el hombre que iba en el coche, para quejarse de esos modos.
Pero para el descuido de todos, el hombre reaccionó bastante mal y diciéndole:
-Tú no te puedes
-¿Por qué?, ¿por ser una mujer?
-Exacto, las mujeres no os podéis quejar, vosotras no podéis hacer nada si un hombre no quiere.
-Perdone, pero me parece una falta de respeto, hacía a todas las mujeres y hacía mí, ya que tenemos la misma libertad que vosotros en expresarnos.
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